Nunca
podrás negar que fue muy bello
aquel
amor que floreció en tus labios,
y
fugaz se esfumó... cual un destello.
Jamás
podré olvidar que fuimos uno
aunque
dos niños éramos entonces,
pero
con un amor... como ninguno.
Bello
primer amor incomparable
de
aquellos años nuestro infante anhelo,
que
nació para siempre... inolvidable.
Nunca
sabremos que pasó aquel día
cuando
rumbos opuestos nos dejaron,
tras
de la ausencia... la melancolía.
Sé
que nunca jamás tendré consuelo
si
aún conservo tus lágrimas doradas,
las
que al partir dejaste... en mi pañuelo.
Aunque
los años han pasado impíos
te
sigo recordando en mis desvelos,
en
mis nostalgias... y mis desvaríos.
Jamás
me cansaré tenlo presente
de
esperar que tal vez en un verano,
encuentre
tu mirada... entre la gente.
Entonces
por sobre el tiempo y la vejez
en
otro beso como aquel primero,
volveremos
a ser niños... ¡Otra vez!