Un profesor, delante
de sus alumnos de la clase de filosofía, sin decir ni una palabra, cogió
un frasco grande de vidrio y procedió a llenarlo con pelotas de golf.
Después
preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno.
El profesor cogió una
caja llena de perdigones y los vació dentro del bote. Estos llenaron los
espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf. El profesor volvió a
preguntar de nuevo a los estudiantes si el bote estaba lleno, y ellos volvieron
a contestar que sí.
Después el profesor
cogió una caja con arena y la vació dentro del bote.
Por supuesto que la
arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor preguntó de nuevo si el
bote estaba lleno. En esta ocasión, los estudiantes le respondieron con un sí
unánime.
El profesor,
rápidamente, añadió dos tazas de café al contenido del bote y efectivamente
llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían. Cuando
la risa se fue apagando, el profesor les dijo:
Son cosas que, aunque
perdiéramos el resto, y nada más nos quedase, éstas, vuestras vidas, aún
estarían llenas. Los perdigones son las otras cosas que nos importan, como el
trabajo, la casa, el coche..... La arena es el resto de las pequeñas cosas. Si
primero pusiéramos la arena en el bote, no habría espacio para los perdigones,
ni para las pelotas de golf.
Ocúpate primero de las
pelotas de golf, de las cosas que realmente te importan. Establece tus
prioridades, el resto solo es arena.
- ¡Me encanta que me hagas esta pregunta! El café es para demostrar que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay un lugar para dos tazas de café con un amigo...