
Para
ello abrió una profunda herida e hizo correr por ella otras aguas, de
tal forma que Júpiter tomase la decisión de repudiar esa nueva
compañera. Lo que la diosa
Juno no entendió en ese momento ni nunca, es que su acción acrecentó la belleza de esta tierra, creando unos cañones de un desnivel que en muchos lugares superan los trescientos metros de altura, convirtiendose en los afanados CAÑONES DEL SIL".
Juno no entendió en ese momento ni nunca, es que su acción acrecentó la belleza de esta tierra, creando unos cañones de un desnivel que en muchos lugares superan los trescientos metros de altura, convirtiendose en los afanados CAÑONES DEL SIL".
(Leyenda popular)