"El dios Júpiter quedó prendado de la hermosura de la tierra gallega, y que para poseerla la atravesó con un río, el Miño, pero su esposa, la diosa Juno, tuvo un ataque de celos. Como no estaba dispuesta a compartir su amor con una extraña,... tomó la decisión de afear su faz y así hacer desistir a su esposo de la conquista.
Para
ello abrió una profunda herida e hizo correr por ella otras aguas, de
tal forma que Júpiter tomase la decisión de repudiar esa nueva
compañera. Lo que la diosa
Juno no entendió en ese momento ni nunca, es que su acción acrecentó la belleza de esta tierra, creando unos cañones de un desnivel que en muchos lugares superan los trescientos metros de altura, convirtiendose en los afanados CAÑONES DEL SIL".
Juno no entendió en ese momento ni nunca, es que su acción acrecentó la belleza de esta tierra, creando unos cañones de un desnivel que en muchos lugares superan los trescientos metros de altura, convirtiendose en los afanados CAÑONES DEL SIL".
(Leyenda popular)