Anoche me dijo el sueño
que me acostara a dormir,
que no siguiera pensando
en quien ya no piensa en mi.
Anoche me dijo el sueño
que perdiera la esperanza,
de convertir en carroza
a una simple calabaza.
Anoche me dijo el sueño
que dejara de pensar,
que venían a devolverme
mi zapato de cristal.
Me desperté llorando
sin vestido de princesa,
sin carroza, sin zapato,
angustiada y con tristeza.
Eché un vistazo a mi reloj
y las doce ya había marcado,
y el príncipe de mis sueños
no se encontraba a mi lado.
De nuevo volví a dormirme
y el sueño me repetía,
que no siguiera pensando
en quien ya no me quería.